miércoles, 26 de septiembre de 2018

El agitado día de Peter Rabbit


El agitado día  de Peter Rabbit 



Sinopsis: 




Este fanfic está basado en la obra original  "The late of the Peter Rabbit" del autor Breatrix Potter (1902).  El agitado día de Peter Rabbit" es un cuento que narra la historia de Peter, un conejillo muy diferente a sus demás hermanos, que por equivocación un día se mete en una inesperada aventura


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Había una vez, cuatro pequeños conejos, y sus nombres eran: Flopsy, Mopsy, Cotton-tail y Peter. 



Vivían con su madre en un banco de arena, debajo de la raíz de un abeto muy grande.




"Ahora, queridos", dijo la vieja señora Rabbit una mañana, "pueden ir al campo o al camino, pero no al jardín del Sr. McGregor: su padre tuvo un accidente allí; la Sra. McGregor lo puso en un pastel ".


“Ahora no corran, y mucho menos hagan sus travesuras que voy a salir."


Luego, la vieja señora Rabbit tomó una cesta y su paraguas, y fue a través de la madera a la panadería. Compró una hogaza de pan integral y cinco bollos de grosellas.


Flopsy, Mopsy y Cotton-tail, que eran buenos conejitos, bajaron por el camino para recoger moras, para así, dárselas a sus madre y convenir esas ricas moras en una conserva. 


Pero Peter, que era muy travieso, corrió directamente al jardín del Sr. McGregor, su curiosidad, era más grande que aquella reja que le impedía el paso; Peter, apretándo el estómago y doblando las orejas, logró pasar por debajo de la reja, sin embargo, al pasar, se encontró con un enorme huerto de diversos frutos.   
Primero comió unas lechugas y unos frijoles franceses; y luego comió algunos rábanos, para después pasar con las zanahorias.


Más tarde, y ya sintiéndose bastante enfermo, fue a buscar un poco de perejil.


Pero alrededor del marco de pepino, ¡se encontró con el  Sr. McGregor!


El Sr. McGregor estaba de rodillas y manos plantando jóvenes coles, pero saltó y corrió detrás de Peter, agitando un rastrillo y gritando: "Detén al ladrón", "Muchos de tu especie han venido aquí, y ninguno ha logrado escapar". 


Pedro estaba terriblemente asustado; corrió por todo el jardín, porque había olvidado el camino de regreso a la reja.


Perdió uno de sus zapatos entre las coles y el otro zapato entre las papas que se encontraban del otro extremo del huerto.


Después de perderlos, corrió en cuatro patas y fue más rápido, por lo que creo que podría haberse escapado por completo si, lamentablemente, no se hubiera encontrado con una red de grosella y hubiera quedado atrapado por los grandes botones de su chaqueta. Era una chaqueta azul con botones de latón, bastante nueva que su madre le había comprado.


Pedro se dio por perdido y derramó grandes lágrimas de arrepentimiento; pero sus sollozos fueron escuchados por algunos simpáticos zopilotes, que volaron hacia él con gran intriga, y le imploraron que se esforzara por salir lo más rápido de ahí por su propia conveniencia.
Al Sr. McGregor tomó un tamiz, para lograr capturar a Peter y venderlo en el huerto vecino; pero Peter reaccionó justo a tiempo, dejando su chaqueta detrás de él y liberandose finalmente se la infernal red. 


Se precipitó en el cobertizo de herramientas, y saltó dentro de una regadera. Hubiera sido algo hermoso el poder esconderse, si no hubiera tenido tanta agua, casi para ahogar a Peter en un suspiro.


El Sr. McGregor estaba bastante seguro de que Peter estaba en algún lugar del cobertizo de herramientas, quizás escondido debajo de una maceta o de alguna vieja cubeta. Él comenzó a darles vuelta cuidadosamente, mirando debajo de cada uno, una por una y muy sigilosamente.


En ese momento Peter estornudó: "¡Kertyschoo!" El Sr. McGregor lo persiguió tan rápido como pudo en ese momento, trató de poner su pie sobre Peter, quien saltó por la ventana, trastornando tres plantas. La ventana era demasiado pequeña para el señor McGregor, y estaba cansado de correr detrás de Peter, así que no tuve mas remedio que volver a su trabajo.


Pedro se sentó a descansar; estaba sin aliento, temblando de miedo, y no tenía la menor idea de qué camino tomar.También estaba muy húmedo, el hecho de estar desnudo no le favorecía en nada. 


Después de un largo tiempo, comenzó a deambular, con la cara llena de arrugas, no muy rápido, y mirando cuidadosamente a su alrededor.


Encontró una puerta en una pared; pero estaba cerrada, y no había espacio para que un conejito gordo se estrujara debajo.


Un viejo ratón entraba y salía por la puerta de piedra, llevando guisantes y frijoles a su familia en el bosque. Peter le preguntó el camino hacia la puerta, pero ella tenía un guisante tan grande en la boca que no pudo responder. Ella solo sacudió su cabeza hacia él. Peter comenzó a llorar, a llorar de la impotencia.


Luego trató de encontrar el camino recto a través del jardín, pero se volvió cada vez más perplejo. En ese momento, llegó a un estanque donde el señor McGregor llenaba sus latas de agua. Un gato blanco estaba mirando un pez dorado; se sentó muy, muy quieta, pero de vez en cuando la punta de la cola se movía como si estuviera viva. Peter pensó que era mejor irse sin hablarle; ha oído hablar de los gatos de su primo, el pequeño Benjamín Bunny. 
Peter, pisó una ramita "¡Crac!", asustado al pez y haciendo que de este modo el gato se tirara al agua y se comiera de un sólo bocado al animal.


Regresó hacia el cobertizo de herramientas, pero de repente, muy cerca de él, escuchó el ruido de una azada, un rasguño, un rasguño, un rasguño, un tirón. Peter se escurrió debajo de los arbustos. Pero en este momento, como no pasó nada, salió, se subió a una carretilla y echó un vistazo. Lo primero que vio fue al Sr. McGregor arando cebollas. Estaba de espaldas a Peter, ¡y más allá estaba la puerta!


Peter bajó silenciosamente de la carretilla y comenzó a correr lo más rápido que pudo, a lo largo de una caminata recta detrás de unos arbustos de grosella negra.


El Sr. McGregor lo vio en la esquina, pero a Peter no le importó. Se deslizó por debajo de la gran reja y por fin estaba a salvo en el bosque, fuera del jardín.


El señor McGregor colgó la chamarra y los zapatos para que los cuervo se asustaran.


Peter nunca dejó de correr o miró detrás de él hasta que llegó a casa en el gran abeto.


Estaba tan cansado que se dejó caer sobre la arena suave y agradable del suelo del agujero del conejo y cerró los ojos. Su madre estaba ocupada cocinando; ella se preguntó qué habría hecho con su ropa. ¡Era la segunda chamarra y el par de zapatos que Peter había perdido en quince días!


Lamento decir que Peter no estuvo muy bien durante la noche, puesto que de tanto correr, su corazón de agitó demasiado, causándole de este modo un paro cardíaco.


Su madre sollozando, intentó  consolar a sus hermanos Flopsy, Mopsy y Cotton-tail dándoles  un poco de té de manzanilla.


Flopsy, Mopsy y Cotton-tail tenían pan, leche y moras para la cena, en total tristeza, se sentaron a comer sus alimentos, los cuales habían sido los favoritos de Peter en toda su corto e intrépida vida. Esa misma noche nada fue igual, puesto que todos aprendieron una segunda gran lección de vida.

FIN.

4 comentarios:

  1. Me pareció muy interesante, pues este cuento termina dando grandes lecciones👌

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  2. El cuento es muy curioso,pues relata una historia de curiosidad y a causa de ello una situación complicada,es interesante como se va tornando lo sucedido y cómo tiene el desarrollo el mismo cuento, dejá una buena enseñanza��

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  3. Considero que es un cuento muy ingenioso e interesante... Pero al mismo tiempo deja una enseñanza, ya que al conejito no le hubiese pasado nada malo si hubiera obedecido a su madre. Te deja esa reflexión que desafortunadamente se ve o se vive todos los días en distintas familias, en algunos casos las consecuencias no son tan grandes pero existen, y en otros casos, terminan en sucesos trágicos como el que acabamos de leer.

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  4. El cuento es interesante, deja una enseñanza para todo el que lo Lee, y es en lo personal me gustaron mucho los nombres de los personajes. ¡Felicidades!

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